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100º Aniversario del nacimiento de MARY LEAKEY, la paleontóloga sin la que la evolución humana sería un misterio.

100º Aniversario del nacimiento de MARY LEAKEY, la paleontóloga sin la que la evolución humana sería un misterio.

Si no fuese por Mary Leakey la historia de la evolución humana seguramente sería aún hoy un auténtico misterio. La paleontóloga, de cuyo nacimiento se cumplen hoy cien años, formó parte de un equipo de arqueólogos que descubrieron en Kenia y Tanzania fósiles que demostraron que los orígenes del hombre eran más antiguos de lo que se creía. Casada con el también arqueólogo Louis Leakey -juntos formaron una de las parejas de paleontólogos más famosas del siglo XX-, Mary Leakey fue la encargada de dirigir las excavaciones de la garganta de Olduvai, un importante yacimiento en el que se halló una mandíbula de Paranthropus boisei. Mary Leakey, fiel a su instinto, siguió una pista de 89 metros de largo en donde quedaron marcadas las huellas del homo habilis, y así, descubrió que este tipo de especie se desplazaba de forma bípeda, una de las claves más importantes del estilo de vida durante el Pleistoceno.

Mary Leakey encontró el cráneo un homínido de 1,75 millones de años de antigüedad, el Australopithecus boisei, y halló junto a su marido restos fosilizados de cuatro individuos de entre 1,6 y 1,8 millones de años de antigüedad, que, en un estudio de la revista Nature publicado en el año 1964, fueron denominados Homo habilis. Esto encendió un tenso debate entre la comunidad científica -algunos expertos encontraban importantes similitudes entre este nuevo hallazgo y el Australophitecus y el Homo erectus, especies por encima y por debajo en la escala de antigüedad- sobre el que, años más tarde, arrojó luz el hijo de Mary Leakey cuando localizó en Kenia cráneos de hace dos millones de años.

Del matrimonio de Mary Leakey y Louis Leakey nació su hijo Richard Leakey en Nairobi en 1944. Pronto siguió los pasos de sus padres. A los seis años encontró su primer fósil, una parte de un cerdo gigante extinguido, y en 1967 dirigió una expedición internacional en el valle del río Omo que duró más de 30 años y en la que se descubrieron más de 200 fósiles. Ya la pasión de Mary Leakey por la paleontología se remontaba también a sus primeros años de vida. A raíz de la profesión de su padre, un pintor paisajista que se dedicaba a viajar por todo europa con su familia, Mary Leakey conoció la Dordoña, una región francesa rica en yacimientos de arte prehistórico. Tras la muerte de su padre, regresó con su madre a Londres y se propuso especializarse en Prehistoria. Fue entonces cuando una de sus profesoras descubrió en Mary Leakey un innato talento para el dibujo y le propuso ilustrar uno de sus estudios sobre un área fosilífera situada al norte de Egipto. Además de abrirle las puertas al universo de la arqueología, la Dra. Gertrude Caton-Thompson le presentó a su futuro marido Louis Leakey, quien, impresionado por la destreza ilustrativa de Mary Leakey, le pidió que colaborase también con él en su libro Adam’s Ancestors. Fue el inicio de una relación que duró toda una vida y de la que nacieron, además de Richard Leakey, otros dos hijos, Jonathan y Philip.

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